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miércoles, 24 de octubre de 2007

¿Sentís tanto asco por la mostaza que me vas a obligar a mí, si quiero relacionarme con vos, a comer mayonesa?


En una reunión, o fiesta, un evento social común y corriente, digamos un cumpleaños, se conocen, por medio de amigos en común, un joven al que llamaremos José y uno al que llamaremos Manuel. Tras ser presentados, José y Manuel se ponen a charlar, primero en grupo con el resto, y luego por casualidad quedan charlando solos. Charlan de política, de películas, de deportes… Ambos sienten que les agrada el otro, es decir, les gusta (en el sentido amistoso-social) la persona que tienen enfrente.

José es un tipo normal, buen tipo para la mayoría de los que lo conocen, socialmente popular y muy correcto en casi todos los sentidos, pero tiene un par de particularidades, una en especial criticable para algunos: ODIA a los homosexuales. O tal vez no es odio. Tal vez no es que sienta un odio personal por cada uno de los homosexuales, pero siente que le dan asco. No puede concebir la idea de un hombre teniendo sexo, tocándose, besándose con otro hombre. Odia ver a un mariquita caminando campante por la calle. Detesta escuchar dos afeminados hablando de “chongos” en el subte. Y la única vez que un tipo le tiró onda, lo sacó a las puteadas y casi le rompe la cara a trompadas. Ni hablar de otros engendros como travestis, transexuales, lesbianas, hermafroditas. Son degeneraciones. No es natural, no es como Dios, como la naturaleza lo quiso. Eso está bien claro: el hombre tiene que estar con la mujer. Esa es la base de la evolución, de la sociedad y de la vida. La homosexualidad es una enfermedad. Pero José tampoco siente por estos enfermos lo mismo que por otros. Cuando José conoce de alguien que está internado, tratándose por cáncer, incluso de alguien con inestabilidades mentales, siente lástima, simpatía, incluso desea que esa persona se mejore. Por los trolos no siente eso: le da mucha bronca que no reconozcan que son enfermos que se tienen que curar. José jamás sería amigo de un homosexual, si se lo presentan apenas lo saludaría, por mera educación, pero con asco. Tal vez, si es afeminado, evitaría acercarse a él.

Manuel, lo dicta el destino, es homosexual. En medio de lo que estaba siendo una conversación muy agradable, surge el tema del sexo, del amor, y de las novias. José señala con el índice a su novia, del otro lado de la habitación y le pregunta a Manuel por la suya. Después de una pausa mínima, Manuel responde: “No tengo novia, soy gay”.
Aquí es cuando José se encuentra en una encrucijada. Este tipo tan agradable con quien está charlando hace media hora es gay. Piensa: “No, no puede ser. Me está cargando. Si es re macho este pibe…”. Lo mira a los ojos: no es joda, está hablando en serio. “Puto de mierda! Por que no me dijo antes!”. Evidentemente, es gay.

Porque José no es en esencia una mala persona, porque Manuel le agrada, porque le gusta la conversación que están teniendo, porque ya casi lo considera un amigo, su cabeza le juega una mala pasada y decide que, en vez de levantarse e irse, a las puteadas, se va a quedar. Y sin darse cuenta, José le está dando una ínfima oportunidad a un homosexual. De hacerse entender, quizá. Tal vez sea que no es del tipo de puto que José está acostumbrado a ver: éste no está maquillado, no habla ceceando, no está vestido excéntricamente, no sabe porqué, pero se queda…
Y con eso genera una situación de lo más particular, extraña y poco frecuente de la vida: un tipo que la mayoría calificaría de “homofóbico”, charlando, de hombre a hombre (si al otro se lo puede llamar “hombre”), en confianza y sin tapujos, con un gay:
- ¿Sos gay?
- Mhmmsí… ¿algún problema?
- Sí, no me banco los putos. ¿Por qué no me dijiste antes?
- No vi la necesidad. ¿Cuál es el problema?
- Disculpame, no es nada personal, pero los gays me dan asco. No me los banco.
- Pero yo soy gay y hace media hora que estamos charlando… Y no parecía que tuvieras un problema para bancarme. ¿O no?
- Si, pero no sabía que eras puto…
- ¿Y eso que diferencia hace?
- Que yo creí que estaba hablando con un tipo normal…
- ¿Qué es normal para vos? Yo soy normal.
- No, porque a vos te gustan los tipos. Eso no es normal.
- ¿Por qué? ¿Quién define lo que es normal y lo que no es normal?
- ¡Qué se yo! Normal, normal… no es natural. Está mal.
- ¿Lo que no es natural está mal?
- Exacto.
- ¿Por qué?
- Porque no es lo que la naturaleza dicta, no es lo que Dios quiso, si creés en Dios…
- Decime, tu novia, ¿es esa que está allá en la esquina, no?
- Sí, ¿por?
- ¿Es rubia natural? Porque por lo que vos me decís, ese pelo que ella tiene “está mal”, no es natural.
- No tiene nada que ver…
- Tiene que ver: hay un montón de cosas que no son naturales. Tu celular, tu computadora, todo lo que sea tecnología… ¿A vos alguna vez te operaron?
- Sí, de hecho, me sacaron el apéndice.
- Las operaciones y todo lo que sea medicina, medicamentos, es antinatural. Como la naturaleza lo quiso, tu apéndice tendría que haber quedado en tu cuerpo. Ni la naturaleza ni tu cuerpo estaban preparados para que a vos te corten un tajo en la panza y te saquen una parte. La evolución y la tecnología hacen eso, ¿vos estás dispuesto a decir que todo eso es malo?
- No, pero vos estás cambiando mis palabras, o interpretándolas como vos querés. Evolución también es reproducción. Y la reproducción se hace entre un hombre y una mujer, un macho y una hembra. A eso me refiero cuando digo “natural”.
- En la naturaleza también hay comportamientos homosexuales. Se observaron en jirafas, monos. Cada vez se habla más de los pingüinos homosexuales. En el zoológico de Nueva York hay dos pingüinos machos que nunca se separan, son casi una atracción turística.
- No podés comparar…
- ¿Por qué no? ¿Es la naturaleza de la que estás hablando o no?
- La homosexualidad es una enfermedad.
- No seas retrógrado, la homosexualidad se descartó como enfermedad por la comunidad médica y científica hace tiempo, médicos y científicos más inteligentes y mejor informados del tema que vos o yo.
- Igual, no es normal…
- “Normal” tiene más que ver, me parece, con lo aceptado socialmente, o con lo que la sociedad está acostumbrada. No es normal, diríamos, ver caminando en la calle a un tipo con el pelo naranja, ¿cierto? Pero puede pasar. Y hay gente que lo tolera y hay gente que no. Pero es una cuestión de aceptación y tolerancia, la normalidad, ¿o no? Si fuéramos todos normales, homogéneos, seríamos todos iguales, sin originalidad y sin las particularidades que nos definen a cada uno.
- Otra vez estás simplificando: ¡no es lo mismo que te gusten los tipos con que te tiñas el pelo de naranja!
- ¿Por qué no?
- Porque si yo veo un tipo con pelo naranja me puede gustar o no como queda, pero vaya y pase, es su pelo y que haga lo que quiera, si a él le gusta… ¡Pero no me puedo aguantar a un tipo que le gusta coger con otros tipos!
- ¿Y a vos eso en qué te afecta? De última al tipo de pelo naranja lo tenés que ver y si no te gusta soportarlo… Lo que dos tipos putos hacen en la cama es cuestión de ellos y vos ni lo ves, ¿por qué te molesta?
- Qué se yo. No me gusta. Mirá, ustedes los gays siempre hablan de discriminación, de respeto, de aceptación. No me gustan los putos y listo, aceptálo. ¿Podés respetarme, y aceptarlo? ¿O vas a tratar de cambiar mi manera de pensar? Ustedes siempre se quejan de que tratan de cambiarlos.
- Claro que puedo aceptarlo. Pero si no te molesta, me gustaría saber por qué, cuál es la justificación. Me parecés un tipo inteligente y creo que debés tener una justificación. No quiero cambiar tu manera de pensar, quiero entenderla. Si podés explicar tu forma de pensar te la acepto, porque hasta ahora no te entiendo, y me gustaría. Y a la vez quiero que puedas entenderme a mí.
- ¿Y porqué no me das vos una justificación, entonces? ¿Por qué vos decidiste ir en contra de todos y acostarte con tipos? ¿Por qué vos sos gay?
- Mirá, primero, para mí no fue ninguna decisión. Te vas a reír: para mí fue y es algo natural. No decidí ir en contra de nadie, ni de la sociedad.
- Basta con lo de natural, no podés decirme que es algo natural, dos tipos cogiendo.
- Te lo planteo así: ¿vos sos heterosexual, y te gustan las minas, cierto?
- Claro…
- ¿Alguna vez probaste tener sexo con un tipo?
- Ya me la veía venir: ahora me vas a decir que “macho es el que probó y volvió”…
- No, no te digo eso. Pero, ¿probaste?
- ¡No, claro que no!
- Ok, ¿y por qué no probaste?
- Porque no, no me gusta, no me nace. No me atraen los tipos, no me excitan.
- Bueno, ahora, una situación hipotética: digamos que te despertás un día, vos, el mismo que sos ahora, pero en un mundo donde lo “normal”, lo común, lo natural, lo socialmente aceptado es ser homosexual. Todo es igual excepto eso. ¿Me seguís?
- Sé…
- Acordate, sos el mismo de ahora. Vos, en ese mundo, y sólo para cumplir la regla social y natural, ¿cambiarías tu forma de ser y tendrías sexo con hombres? Respondeme sinceramente.
- No, sinceramente no. No lo haría.
- ¿Por qué?
- ¡Porque no, no me gustan los hombres!
- Es exactamente como yo, y la mayoría de los homosexuales, nos sentimos. Volvamos al mundo real: ¿recordás en algún momento haber tomado la decisión “a mí me gustan las minas”?
- ¡Claro que no, eso es lo que te digo! Es algo natural, si sos hombre te tienen que gustar las minas, no es algo que decidís. Se dá así y así queda, te gustan las minas.
- Bueno, así como a vos te gustaron las mujeres a mi y al resto de los gays nos gustaron los hombres. Yo lo siento tan natural como vos sentís tu gusto por las minas. Es algo que se dio así: me gustaron los tipos. La única decisión que tuve que tomar fue si lo acepto o no y si vivo como gay o como pide la mayoría de la sociedad. Ahora, ¿te imaginás vos teniendo que vivir como homosexual, cuando sabés que lo que te gustan son las mujeres? ¿Serías feliz?
- Claro que no… Pero igual no me puedo bancar la idea de dos hombres teniendo sexo.
- ¡Pero va más allá del sexo! No es sólo sexo, son sentimientos también. Un homosexual no sólo coge con tipos, se enamora. Y se siente atraído por los hombres. Vos no serías homosexual, no sólo por una cuestión sexual, sino porque no te atraen, porque no te enamorarías de un tipo.
- ….
- Otra cosa: ¿qué necesidad tenés de imaginarte a dos tipos cogiendo? ¿O por qué te importa? ¿O acaso vos te imaginás a tus amigos, los heterosexuales, teniendo sexo con sus novias?
- No…
- Entonces, supongamos, ¿podrías ser mi amigo, a pesar de una pequeña diferencia? Es como que a mí me guste la mostaza y a vos la mayonesa… ¿Eso afectaría una relación de amistad para vos?
- No es tan simple como mostaza y mayonesa… Vos podrías gustar de mí, tenerme ganas, y no me siento seguro con gays alrededor que puedan estar fantaseando conmigo. O tratando de levantarme, pesadeándome. Te juro que si tratás de tirarme onda te agarro a las piñas… de onda te lo digo…
- Sí, de onda. Pensá en todas las minas que te pueden gustar a vos sin que vos le gustes a ellas. Podrías tener fantasías con ella. ¿Por tirarle un lance a una mina ella te va a dar una bofetada? ¿Porque sabe que estabas fantaseando con tener sexo con ella?
- No creo…
- A menos que te zarpes… Si te zarpás te la buscaste. Entonces, ¿no te podés bancar un lance de un tipo y decirle “disculpá, flaco, pero no es mi onda” y listo?
- Bueno, disculpá, no es mi onda…
- No te estoy tirando los galgos. Cualquier puto inteligente no le tiraría los galgos a un tipo que ya aclaró bastante bien que es heterosexual. Y que tiene novia.

Ahora: si aceptás que para mí es natural, que es lo que me gusta, que es una cosa privada, que podemos respetar los gustos de cada uno, que no es una enfermedad, que es tan normal para mí ser gay como para vos heterosexual… si además, somos amigos y aceptás que eso es lo que me hace feliz, y que yo me siento BIEN así, y no te quiero obligar a ser como yo, ¿qué argumentos te quedan para que yo no te caiga bien?

¿Sentís tanto asco por la mostaza que me vas a obligar a mí, si quiero relacionarme con vos, a comer mayonesa?

Texto extraido de www.taringa.net

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me dejaste pasmado con esa historia, tan bien editada y personificada, ya hasta tengo ganas de contarla a todos los homofóbicos/as que encuentre por el camino, solo para ver su cara (¿A qué soy un genio del mal? XD).
Tu blog es super, deja literalmente con la boca abierta :D.

Javi dijo...

Http://elamoresloco.hazblog.com/Primee-blog-b1/Diario-b1-p3.htm